Celos: Cómo prevenirlos

24 Ene Celos: Cómo prevenirlos

Los celos son normales en estas edades debido a las características de esta edad (egocentrismo y carencia de comprensión emocional). Su cerebro no tiene establecidas las conexiones necesarias para interpretar racionalmente las experiencias y sacar conclusiones. Los celos no siempre responden al nacimiento de un hermanito/a, pueden surgir entre compañeros/as, hacia papá o mamá, etc.

Los padres/madres tienen un papel importante en esta situación. Nuestra actuación ha de basarse en la comprensión hacia el niño/a y actuar de manera natural.

Tips antes del nacimiento del hermano/a:

Los niños/as, en estas edades, no pueden comprender la situación “embarazo”. Lo que sí pueden observar son los cambios que se van produciendo en la familia: ven que a las mamás les crece la tripa, que ya no les cogen tanto, que a veces están cansadas, que las personas del entorno pueden cambiar sus actitudes hacia él/ella y les hacen preguntas en relación con su hermanito/a.

En estas edades no tienen capacidad para anticiparse e interpretar una situación que aún no existe. Si el niño/a cambia en algo su comportamiento, puede ser porque está percibiendo cambios en las personas del entorno o, simplemente, porque está creciendo y proponiendo nuevos retos evolutivos a los adultos.

Normalmente son los adultos los que provocan, sin querer, esos cambios en el niño/a: hablándole mucho de la situación nueva que llegará, intentando que razone aspectos que aún no han sucedido, intentando prevenir los posibles conflictos que causan los celos. A menudo pretenden anticipar las soluciones ante sus propios miedos, intentando evitar el malestar de sus hijos/as.

  • Naturalidad, ante todo: no hablar con excesiva frecuencia del tema. Durante el embarazo, lo mejor no es hablar mucho al niño/a sobre la llegada de su nuevo hermano/a. Irlo comentando, ocasionalmente, atendiendo a la curiosidad o preguntas que hace cada niño/a sobre esta nueva situación, si las hace.
  • Mostrarles fotos, vídeos, juguetes…de cuando ellos/as eran pequeños/as para que vayan creando una idea mental de lo que va a ocurrir y les resulte más fácil aproximarse al bebé.
  • Hacer los cambios previstos (eliminar chupete, quitar pañal, cambiar de la cuna a la cama etc) con respeto y teniendo en cuenta sus condiciones individuales y no porque vaya a tener un hermano/a. Es conveniente no precipitarse, ellos/as necesitan, sobre todo, comprensión y cautela por parte del adulto.

 

Tips tras el nacimiento del nuevo hermano/a

  • Aprovechar los momentos de tranquilidad o de sueño del bebé para dedicarle un tiempo exclusivo al mayor, con juegos y actividades que le gusten, teniendo en cuenta no sólo sus necesidades físicas, sino también, y especialmente, sus necesidades emocionales.
  • Los padres/madres también han de prepararse y adaptarse. No sentirse culpables y pensar que con la llegada de un nuevo miembro a la familia todos “ganamos” y “sumamos”.
  • Darle tiempo al mayor a “reencontrar su sitio”, recordando y reforzando sus cualidades. Animarle a participar del cuidado del bebé si quiere, emitir mensajes positivos sobre él, no cargarle con responsabilidades respecto al hermano/a pequeño. Poco a poco le iremos enseñando a compartir sus juguetes, respetando su ritmo de adaptación y comprensión de la nueva situación y sus características emocionales.
  • Nunca compararles, ni para bien ni para mal, cada uno/a es diferente y tiene valor por sí mismo/a. Cada niño/a tiene un desarrollo madurativo distinto.
  • Darle la mayor autonomía posible en función del momento evolutivo en el que se encuentre, para que se sienta seguro y reforzado positivamente por los adultos. El origen de los celos es debido a un sentimiento de inferioridad en relación con los otros, por lo tanto, para sentirse válido es recomendable que coma solo, se quite y ponga los zapatos, colabore en algunas tareas de la casa como ayudar a poner la mesa…
  • Los adultos deben hacer de modelo para transmitir al hermano/a mayor una manera positiva y saludable de relacionarse.

Nos servimos de una anécdota muy divertida para entender mejor el pensamiento infantil; un niño de dos años y medio le dice a su mamá al llegar del hospital con su hermanito recién nacido “mamá ¿dónde está la pelota?”.

 

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